sábado, 22 de enero de 2011

Dar de leer

Con la misma intención  que damos de mamar a nuestros hijos deberíamos darles de leer, con la misma  insistencia que ponemos  en  que se alimenten de nuestro cuerpo deberíamos nutrirlos emocionalmente a través del relato.
 Desde el momento en que llegan a nuestros brazos necesitan que les contemos  quiénes son,  quiénes somos nosotros y  a qué mundo llegan. Eso ya es hacer literatura. Ese relato simple se llama " texto primigenio" y ese texto es la base del desarrollo del pensamiento simbólico que vendrá posteriormente.
Cuando cantamos canciones de cuna o recitamos algún verso popular que nos ha sido transmitido de generación en generación estamos creando los cimientos para que ese pensamiento crezca y al mismo tiempo estamos mostrando una cultura, una herencia que nos han dejado y  con la cual nos identificamos. 
Es necesario continuar ese camino a través de las páginas del libro y no pensemos en el moderno  libro álbum  lleno de brillo y accesorios. Es momento de revalorizar el relato, la historia. 
Quizás podamos comenzar por contarle a los chicos nuestras propias historias  para que   puedan sorprenderse imaginando nuestra infancia. Busquemos relatos en los que ellos puedan inspeccionar sus miedos y vivir sus aventuras a través de la piel de los personajes.
 Como seres humanos sujetos del lenguaje,   tenemos necesidad del relato, tenemos hambre de saber acerca  de nuestros antepasados  para construirnos a nosotros mismos. 
 Como dice Yolanda Reyes en su libro La casa imaginaria: "a través de las voces de otros el niño va en busca de su propia voz"
Es por eso que consideramos fundamental la inclusión de la literatura dentro de la educación inicial del niño,  quizás nunca tan importante como entonces.

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