lunes, 24 de enero de 2011

LITERATURA Y DOLOR

"La literatura es una defensa  contra las ofensas de la vida" escribió el italiano Cesare Pavese en El oficio de vivir. No está demás en estos tiempos repetírselo a uno mismo, apretar un libro contra el pecho, luego abrirlo y dejarse arrastrar  por ese ejército de lenguaje liberador.
¿ Por qué la mayoría de los buenos textos habla de la muerte, del dolor, de lo irreparable? Porque quizás, en la literatura misma está la reparación. Cuando Cervantes, en el Quijote dice:  " Donde hay amor hay dolor", uno se alivia de inmediato, como si hubiera bebido un té de yuyos mágicos. Leer sutura. El lenguaje urde sus propias consignas para la sanación. El dolor es la geografía y la escena. Es la amenaza y la confirmación. Entonces allí están las palabras para reconstruir la historia. No es necesario  escribir para descargar o elaborar. La lectura, el contacto con la escritura lúcida de otrros nos convoca a apropiarnos de esa escritura y, al nombrarla, la inccorporamos como pertenencia, " Al leer no buscamos ideas nuevas- continúa Pavese-, sino pensamientos ya pensados por otros, que adquieren en la página un sello de confirmación. Nos impresionan las palabras de los otros que resuenan en una zona ya nuestra- y que ya vivimos- y que al hacerla vibrar nos permiten apresar nuevos atisbos en nuestro interior"
Está bien que intentemos vencer el sufrimiento, pero también admitamos su belleza.  
María Malusardi.

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