El cuento de Vallejo me inspiró, lo REAL MARAVILLOSO de Vallejo me llevó directamente, como por un tubo, diría Ramiro, a Miguel Angel Asturias y no pude con mi genio, andaba dando vueltas por la biblioteca un ejemplar igualito al de la foto anterior de Las Leyendas de Guatemala y decidí releerlo, porque como dice Barthes: "los que olvidan releer se obligan a leer en todas partes la misma historia" según él la relectura es lo que salva al texto de la repetición, lo multiplica en su diversidad y en su plural: lo saca de la cronología interna y encuentra de nuevo un tiempo mítico ( sin antes ni después).
Bueno, la cuestión es que decidí hacerle caso a Barthes y releí " Las leyendas de Guatemala" .
Claro que ese texto, que había pasado por mi vida hace como diez años ya no es el mismo hoy, o mejor dicho yo ya no lo soy. Con ese panorama me aventuré a la lectura.
Me encontré con un Asturias profunda y sinceramente unido a su pueblo. Una raíz persistente une el espíritu del poeta a la antigua poesía Maya, en las figuras retóricas y en la prosa toda. La voz milenaria del Popol Vuh sigue incidiendo en el espíritu guatemalteco. Su poesía llora con congoja la tragedia del hombre, denuncia, pero al mismo tiempo vislumbra esperanza. Asturias recoge y reelabora relatos legendarios cuya esencia se explica dentro del entorno en la que el autor se asimila por necesidad de ser auténtico.
Leer a Asturias requiere estar abierto con todos los sentidos para recepcionar las impresiones mas bellas en cuanto a imágenes y a lenguaje.
Y si sigo por el tubo voy derechito a Carpentier, Rulfo, Lezama Lima pero quizás puedan incursionar ustedes, la idea es despertar, abrir puertas y dejar recorrer.
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