jueves, 1 de septiembre de 2011

Miguel U para este Jueves

Hace ya un tiempo que sigo a Miguel U y me enganché con su escritura en este afán de buscar y hurgar los blogs literarios, en este paseo por el camino infinito que ofrece la web y que en general me deja exhausta y con la triste sensación de batalla perdida pero que al mismo tiempo me permite encontrar estas cosas y sentir el sabor a descubrimiento, sentir como si reanimara algo que yace a la espera de que alguien lo devuelva a la vida. Este es un relato muy corto y simple pero jugoso como muchos otros de Miguel que ya iré subiendo.

Entre los escritorios

Por Miguel U.
Estoy harto de mi trabajo. No quiero ir más. A veces me imagino que me suicido ahí, que viene mi jefe y me cita en su oficina para decirme que mi rendimiento está dejando mucho que desear, bla, bla, y yo me suicido. Pero me suicido sólo para ellos. Después yo sigo mi camino. Los miro agolparse alrededor de mi cuerpo tirado entre los escritorios, y me voy, dejo ese cuerpo de señuelo (el cuerpo que odio, el de corbata), llamo el ascensor, y me voy caminando por Reconquista, desempleado y arremangado, las manos en los bolsillos, y me meto en librerías, hablo un rato con la morocha de rulos que trabaja en El Ateneo, la hago reír, le digo que un día de estos la voy a invitar a comer comida árabe en un restorán de Palermo y me dice “me encantaría” y me doy cuenta de que no tengo un mango porque me quedé sin trabajo, entonces corro para atrás, para atrás, chocándome con la gente porque no veo nada, por florida, lavalle, reconquista, tomo el ascensor, vuelvo al cuerpo, no me puedo quedar sin trabajo, no puedo, reacomodo el cogote a la corbata, estoy bien estoy bien, fue solo un desmayo, sentate despacio, te bajó la presión, tomate un par de días, me los tomo, vuelvo, me pagan, y tengo billetes de cien para invitar a la morocha que por supuesto no existe, no está, no sabe, no contesta.

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